domingo, 5 de diciembre de 2010

Otra vez en el punto de mira

Me parece poco ético como muchos medios de comunicación y personalidades relacionadas con el mundo del fútbol en España, atacan constantemente cualquier situación o acontecimiento que tenga que ver con el Fútbol Club Barcelona. Dejar claro en primer lugar que no soy aficionado cule, pero si soy aficionado al fútbol y contrario a las injusticias.
Autobús del Barcelona a su llegada a Pamplona
Se especulo toda la tarde de ayer que un club como el Barça se negaba a viajar a Pamplona porque el entrenador cule Pep Guardiola no le apetecía viajar en autobús. Toda la tarde se estuvo especulando y exigiendo desde diferentes medios que le tenían que quitar los puntos al equipo catalán si llegaba tarde, claro esta, para que lo que no consigue el Real Madrid en el terreno de juego lo pueda hacer de la manera mas cutre del mundo.
Y lo gracioso es que en Real Madrid si hubiera ocurrido esto y sobre todo aquellas personas que de fútbol no saben nada, y solo saben decir lo grande que fue el equipo blanco, pues se sentirían hoy orgulloso de su liderato, que por justicia así no ha sido.
El equipo catalán estuvo desde las nueve de la mañana a disposición de la Federación española de fútbol, la cual le dejo claro que debido a la huelga de controladores, no había posibilidad de viajar en avión, y si así ocurría a lo largo de la mañana se aplazaría el partido sin repercusión alguna. Hasta que diferentes personalidades no comprendieron tal actitud, que en el día de ayer le sucedió a miles de familias españolas, la imposibilidad de viajar por culpa de unas personas que se creen con derecho a exigir sin dar nada a cambio.
Por lo tanto el Barcelona y su entrenador de repente se vio envuelto por las presiones y obligado a viajar en medio de trasporte, ave y autobús, deprisa y corriendo para cumplir con su trabajo. Y no porque ellos no quisieran hacer este viaje a primera hora, sino porque siguieron instrucciones del máximo orden en el fútbol español, la Federación.

No me estaña el enfado de Pep Guardiola, ya que se señalo a sus jugadores y a el mismo como poco profesionales ante este acontecimiento, cuando no actuaron en ningún momento de manera irrespetuosa hacia nadie y menos hacia su rival, sino que se vieron envueltos en un lió externo encabezado por personas que en dichas situaciones no saben manejar una serie de directrices para situaciones de tal calado.

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